Tecnología vs. confianza: el voto electrónico en debate en Paraguay

El uso de máquinas electrónicas en las elecciones nacionales de Paraguay vuelve a estar en el centro del debate político.

Esta vez, el cuestionamiento viene del senador liberal Ever Villalba, quien expresó públicamente su preocupación sobre la confiabilidad de estos dispositivos tecnológicos y propuso regresar al sistema de votación por papeletas, al menos para la elección presidencial.

“El control de la voluntad popular no puede delegarse a una máquina”

Senador Ever Villalba.

Villalba, subraya que una parte importante de la población paraguaya desconoce cómo funcionan estos dispositivos y, por lo tanto, no puede auditar ni entender el proceso por el cual se emiten y registran los votos.

“El 99,9% de los paraguayos no sabe cómo funciona un aparato tecnológico, y esto es totalmente hackeable. No se trata de estar en contra de la tecnología, sino de garantizar que el voto de la ciudadanía sea respetado y verificable por todos”, indicó.

Desconfianza ciudadana y legitimidad electoral

El legislador alertó que, lejos de aumentar la participación, el uso de las máquinas electrónicas podría tener el efecto contrario, debido a la creciente desconfianza de la ciudadanía respecto al sistema electoral.

“La compra de estas urnas ya generó sospechas. Muchos ciudadanos sienten que su voto no está seguro, que algo puede fallar o ser manipulado, y eso inevitablemente afecta la participación y la legitimidad del electo”, sostuvo.

Villalba también remarcó que actualmente hay tres oferentes interesados en proveer las máquinas para las próximas elecciones y que se debe exigir que estos dispositivos cuenten con los más altos estándares de seguridad y transparencia. “Debemos acompañar el proceso, insistiendo en que los controladores, auditores y software tengan el más alto nivel de supervisión técnica y ciudadana”, manifestó.

Aun así, insiste en una solución más sencilla y directa: el regreso a las papeletas, especialmente para la elección presidencial, una de las más sensibles y estratégicas para el país.

“Si hay voluntad, se puede volver a las papeletas. Es más seguro, más transparente y más comprensible para todos”, reiteró.

¿Qué sucede en otros países?

Paraguay no es el único país que enfrenta tensiones sobre la utilización de tecnología en los procesos electorales. La experiencia internacional muestra que la implementación de sistemas electrónicos puede ser tanto una solución eficiente como una fuente de conflicto, dependiendo del contexto político, el nivel de confianza institucional y el grado de alfabetización tecnológica de la población.

Brasil ha sido uno de los pioneros en el uso de urnas electrónicas desde 1996. Su sistema permite un conteo rápido y reduce el margen de error humano. Sin embargo, en los últimos años, el sistema ha sido cuestionado por sectores conservadores, incluyendo al expresidente Jair Bolsonaro, quien exigía que se volviera al voto con comprobante físico. Aunque no se ha comprobado manipulación, el debate sigue abierto.

Venezuela utiliza un modelo de votación completamente automatizado. A pesar de su sofisticación técnica, ha sido criticado por la falta de garantías democráticas y la supuesta manipulación de resultados. Los opositores reclaman que no existen condiciones mínimas de transparencia, y la confianza en el Consejo Nacional Electoral es casi nula.

Estados Unidos ofrece un modelo mixto: algunos estados usan máquinas electrónicas con respaldo en papel (para auditoría), otros utilizan papeletas escaneadas o conteo manual. Tras las elecciones presidenciales de 2020, hubo un debate encendido sobre la seguridad del voto electrónico, lo que llevó a varios estados a revisar sus sistemas, reforzar controles y transparentar sus procesos.

Alemania, por otro lado, prohibió el uso de urnas electrónicas en 2009. El Tribunal Constitucional Federal consideró que el proceso de votación debe ser “verificable por el ciudadano medio sin conocimientos técnicos”. Desde entonces, el país volvió al uso exclusivo de papeletas de papel, con conteo manual.

India, el país con mayor número de votantes del mundo, utiliza máquinas electrónicas desde 1999. Sin embargo, estas incluyen una impresora de verificación del voto (VVPAT) que permite al elector ver y confirmar en papel a quién votó, lo cual queda almacenado para auditoría en caso de reclamo.

¿Retroceder para avanzar?

Para Villalba, volver a las papeletas no representa un retroceso, sino una forma de consolidar la democracia. A su juicio, ningún avance tecnológico puede reemplazar la confianza del pueblo en su propio sistema electoral.

“En momentos en que la credibilidad de las instituciones está en juego, no podemos darnos el lujo de sembrar más dudas. Debemos escuchar a la ciudadanía y optar por lo que genere más transparencia, aunque implique más esfuerzo logístico”, expresó.

El debate sobre las máquinas electrónicas está lejos de cerrarse. Con elecciones cada vez más polarizadas y una ciudadanía cada vez más atenta, la legitimidad de los procesos no puede depender solo de la velocidad del conteo o de la modernidad del sistema, sino de la confianza que inspire en la población.

Mientras el Tribunal Superior de Justicia Electoral sigue adelante con el proceso de licitación, el Congreso se prepara para analizar propuestas como la de Villalba, que reabre una discusión fundamental: ¿qué es más importante, la eficiencia o la confianza en la democracia?

Fonte: Paraguay.com